Rufino Tamayo

 

Rufino Tamayo (1899–1991) fue uno de los artistas plásticos más destacados de México en el siglo XX. Nació en Oaxaca y se trasladó a Ciudad de México siendo niño, donde estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. A diferencia de otros muralistas de su época como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, Tamayo se alejó del arte político y social, centrándose en una visión más universal y personal de la pintura.

Su obra fusiona elementos de la cultura mexicana —como el arte prehispánico y popular— con influencias del arte moderno internacional, especialmente el cubismo y el expresionismo. Fue conocido por su uso vibrante del color, la simplificación de las formas y su interés por la figura humana y los símbolos cósmicos. Además de la pintura de caballete, exploró técnicas como el mural, el grabado y el mixografía (técnica gráfica que él ayudó a desarrollar).

Tamayo realizó murales en México y el extranjero (como en Nueva York y París) y expuso en los principales museos del mundo. Entre sus obras más conocidas se encuentran El hombre (1953), Dualidad (1964) y El universo (1981).

Fue un puente entre la tradición mexicana y la modernidad global, logrando reconocimiento internacional y dejando un legado que impulsó la apertura de la plástica mexicana a nuevas corrientes. En su honor se creó el Museo Rufino Tamayo en la Ciudad de México, que alberga parte de su colección y obras de arte contemporáneo internacional.

Murió en 1991 en la Ciudad de México, dejando una obra vasta que sigue inspirando a generaciones de artistas.

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